Sí quieres un año de prosperidad, crece grano. Sí quieres diez años de prosperidad, crece árboles. Sí quieres cien años de prosperidad, crece gente.
Proverbio Chino.

Alguna vez has reflexionado en la cantidad de tiempo que un atleta le dedica a practicar; ¿Cuántas horas al día, pasa ejercitando su habilidad para destacar?, ¿qué tan comprometido tiene que estar, para ser un campeón?

Y un músico, ¿Cuántas horas dirías que tiene que tocar para lograr un nivel de maestría?

¿Esperas lo mismo de un líder? ¿Crees que debería practicar todos los días y en cada oportunidad, para lograr un alto nivel de expertise?

El líder lleva a cabo acciones altamente competentes a fin de producir un resultado y lleva a su equipo, al futuro en el que quiere estar. La paradoja es que la información, NO cambia el comportamiento, la práctica SI.

¿Has pensado, a cuánta información estamos expuestos, cuántos libros hemos leído y no por eso hemos modificado lo que somos y hacemos?

La práctica, es el motor de un cambio sostenido; te permitirá incorporar hábitos y comportamientos de manera paulatina, hasta que se vuelvan tuyos. Como el atleta o el músico, el líder que se cultiva a sí mismo, puede apropiarse de más habilidades para ser exitoso.

¿Conoces líderes que tienen una presencia centrada, un poder que influye a otros a la acción, coherencia y confiabilidad frente a los demás?; es la práctica la que logra esas cualidades y la intención atrás de la práctica, la que le da significado.

Somos personas con sensaciones, emociones, historias, significados y trayectoria, contenidos en nuestro cuerpo; es momento de ejercitarlo, para que la práctica continua, nos dé éxito.

Tres pasos para poner en práctica habilidades que fortalezcan tu liderazgo:

1. Define qué quieres cambiar.

Asegúrate de hacerlo de forma clara y precisa; por ejemplo, sí lo que quieres es mejorar tu comunicación, piensa en qué es lo que quieres cambiar, cuál es la habilidad que vas a desarrollar; ¿si fueras a mejorar la escucha, que quieres lograr?

2. Determina la forma en que lo vas a medir

Recuerda que lo que se mide, se puede mejorar. Define cómo sabrás que lograste el éxito; qué te dirá que vas mejorando.

3. Empieza cada práctica, mencionando tu compromiso.

Inicia la práctica cada día declarando tu compromiso en voz alta y di por qué es importante: Me comprometo a cambiar mi escucha para….

Si quisieras desarrollar tus músculos, sabes que no es cuestión de 1 día y tampoco estará marcado en 1 semana…es un tema de práctica cotidiana, igual que en el liderazgo, el cambio de hábitos y la mejora.

Feliz trayecto.

Te invito a jugar … eso sí, yo soy la que reparte las cartas, la que empieza a tirar, yo te indico los movimientos que puedes hacer, señalo las reglas, reparto el dinero, pongo las penalizaciones, te aviso cuando pierdes y yo soy la que gano; Jugarías???, seguramente NO.

Nadie participaría, de manera consciente, en un juego perdedor, sin embargo, encuentro que las personas, jugamos a perder, sin darnos cuenta de ello.

La vida personal y profesional, la vivimos a través de los juegos que jugamos, algunos ganadores, otros, perdedores, algunos actuales, otros ya muy añejos.

Me he cuestionado en qué juegos gano y en cuáles pierdo; he pensado que, en el ejercicio, gano; tengo una rutina, un reto anual, un compromiso con mi salud y una disciplina, lo que hace que 4 días de la semana vaya al gimnasio y haga algo por mi salud, energía y bienestar.

También sé que, en el juego de la comida, pierdo en ocasiones, especialmente cuando estoy cansada, estresada o llega el momento del postre.

Hace unos días, observe el juego de uno de mis clientes; el ejecutivo juega a Yo soy el experto, los demás no saben. Su juego consiste en mantener de manera confidencial la información estratégica de la compañía, solo que la forma en que lo hace, lo pone en contra de sí mismo.

La dinámica con la que se maneja es la siguiente: él no muestra su juego; cuando recibe las quejas o la petición de información, no enseña sus barajas completas y menciona que es complejo de entender si no eres experto.

Los demás se frustran, se enojan y califican su actitud de arrogante, de falta de colaboración con el equipo y de atentar contra los intereses de la empresa. Cabe señalar, que su gente, está en el mismo juego.

Juega a culpar o a ser la víctima… el resultado, nadie gana...él tiene sus razones y el equipo los retos del negocio. ¿Por qué sigue en ese juego que daña su imagen, las relaciones y los resultados? Seguramente, porque no se da cuenta.

Tú puedes analizar tus juegos y mejorarlos; te propongo los siguientes 6 pasos:

1. Analiza, ¿cuál es el propósito de tu juego y qué tan vigente es?

2. ¿Quiénes juegan?

3. Reglas: ¿qué se vale y qué no está permitido?

4. ¿Qué acciones quieres cambiar, diseñar, sostener, probar…?

5. ¿Cuál es la mejor estrategia?

6. ¿Cuál es el resultado que esperas?

Enfrentamos un entorno cambiante, con retos cada vez más grandes y ya no es posible jugar el mismo juego.

Revisa tus juegos, define lo que te hará más efectivo y te permitirá tener una vida más plena.

El mejor de los juegos es el de ganar-ganar, así que, con eso en mente, ¿cuál vas a cambiar?

Hoy las reflexiones me llevaron a un camino diferente.

La pasión que tengo por el crecimiento y la transformación me llevan muy a menudo en pensar en los otros y la forma de darles soporte para crecer y lograr aquello que no están alcanzando.

Sé que los líderes cotidianamente están con una mirada hacia el negocio, su equipo, su jefe, pares, necesidades, pendientes, los otros y coincido en que su compromiso y responsabilidad los hace mirar hacia afuera.

Así que hoy dedico un tiempo para mover el foco y poner la luz en mí y no en los otros, en lo que me importa, me significa, me preocupa, ocupa, necesito, deseo, sueño y aspiro a lograr.

Sí te hace sentido, te invito a la misma reflexión con estas 5 preguntas:

1. MI MODELO DE ÉXITO

Cuál es mi modelo de éxito en la vida?,

Me he preguntado alguna vez cuál es mi modelo de éxito o simplemente vivo la vida, le saco el mejor de los partidos, trato de disfrutar y dar lo mejor, pero sin pensar qué quiere decir para mi ser exitosa?

Ahora es momento de trabajar en el modelo de éxito y para ello y pensando en obtener lo mejor de mí misma, mis siguientes preguntas.

2. LO QUE ME IMPORTA

A mí qué es lo que más me importa en la vida?, en todas sus esferas: personal, familiar, profesional, espiritual, social. Qué me significa, que me mueve, me reta, me apasiona, me compromete.

3. LO QUE ME PERMITE TRASCENDER

¿Para qué hago lo que hago; ¿esto es lo que quiero hacer hoy, mañana, en mi futuro?

Y si NO, ¿que SI quiero?

4. MIS REGALOS

¿Cuáles son mis dones, talentos, los regalos que tengo para compartir? Una lista de lo que soy, de mi poder, recursos y posibilidades ayudará para saber con qué ya cuento.

5. MI TRABAJO INTERNO

¿En qué es importante que trabaje para tener una mejor versión de mí misma? Sí me importa lo que me importa, ¿qué capacidades y talentos sería conveniente mejorar? ¿Qué marco de pensamiento y qué actitud me llevará a lo que quiero lograr? Cuáles son los recursos que necesito tener es sus mejores condiciones para lograr mi modelo de éxito en la vida

Como siempre, trabajar con uno mismo y tener la mejor versión posible, es un compromiso continuo.

Buen inicio en sus reflexiones a quien hoy me acompaña en ellas!

"La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda, para contarla."
Gabriel Garcia Marquez.

Nuestras historias

Somos creadores de historias, nos cautivan nuestras propias historias. Apenas ocurre algo, le damos un significado y olvidamos que hay otras posibles interpretaciones...como si esa fuera la única forma posible de ver el suceso, así creamos la historia.

La compartimos con la gente que esta a nuestra alrededor y aquí es donde realmente empieza el problema... Si ellos no reconocen nuestra verdad, como una interpretación o una percepción personal acerca de un evento, la tomarán como una verdad y vivirán en ella.

Tú cuentas con un banco de historias, listas para ser contadas y que se repiten en tu mente una y otra vez, como si fueran ciertas.

Las personas somos producto de nuestras historias, de los discursos que tenemos, del papel que desempeñamos en las historias que contamos.

Hay historias que contamos desde roles de bajo poder e influencia, como cuando nuestro discurso es el de víctima de algún suceso. Hay otras historias donde estamos empoderados y aumentamos nuestras posibilidades.

Tu, que historias cuentas con frecuencia?

En el momento en que puedes identificar, que son solo eso, historias, interpretaciones o significados que le diste, tendrás mayores posibilidades.

Pareciera que entonces el camino es dejar de dar significado a las vivencias y ya no crearnos historias...Imposible, ni trates, tenemos una habilidad innata; lo que será importante, es tener conciencia, de que son solo eso, historias y no la verdad de lo que paso.

Por ejemplo, has pensado, cómo y cuándo se crearon tus creencias con respecto al dinero, a tu valor personal, a lo que mereces o no? Algunas historias son como un legado y están ahí desde siempre, sin darnos cuenta de que existen, por ello, ni siquiera las hemos cuestionado y menos, las hemos modificado.

Qué tal si jugamos un poco con algunas de las siguientes historias?

Quiero empezar este espacio, con algunas preguntas de reflexión para ti:

Oprah Winfrey, una de las mujeres más influyente de nuestros tiempos, dijo en alguna ocasión: “Si tu estas aquí respirando, tienes una contribución que hacer a la comunidad”

Al parecer, las personas entramos en estas reflexiones, cuando somos adultos, probablemente con el paso del tiempo entendemos que una vida con propósito está fuera de uno mismo, de hecho, es más grande que uno mismo.

Qué Me importa?, es con frecuencia una pregunta difícil de responder; no hemos estado expuestos a una reflexión como esa...Vivimos orientados a la acción, a hacer, en ámbitos como la escuela, el cuidado de la familia, el trabajo, la carrera, etc.

Si nos preguntáramos, por qué hacemos lo que hacemos?, seguramente tendríamos algunas respuestas y si la pregunta fuera diferente, te importa lo que haces?, la respuesta podría ser, no, solo hago lo que tengo que hacer...

La desconexión con lo que es importante produce un estado de limitación, una falta de satisfacción en la vida; se convierte en una vida de obligación, sacrificio, en ocasiones de resignación o de falta de significado.

Uno de los grandes secretos de la felicidad y la longevidad, es vivir con un sentido de propósito, dice Richard Leider, de hecho, sus estudios de tres décadas muestran, que las personas que se levantan con un propósito de vida, viven siete años más, que quienes no lo tienen.

En entrevista con Richard Leider, autor del libro “The Power of Purpose” la pregunta obligada fue: cómo se ve alguien que ha encontrado su propósito en la vida?, a lo que respondió es una persona energética, que se levanta en la mañana con una razón para hacer algo que realmente escogió hacer con su tiempo y su vida.

También le preguntaron Cuál es el primer paso que se puede dar para encontrar el propósito en la vida? Su respuesta fue...

Regalos + Pasiones + Valores = propósito

Los regalos, describe, son los talentos que posees, no sólo en lo que eres bueno, sino lo que AMAS hacer.

En cuanto a las pasiones dijo que una vida con propósito radica en usar tus regalos en cosas que te apasionan.

La fórmula se completa con los valores, que te mueven a que hagas lo que haces.

Si aún no tienes ese sentido de propósito puedes iniciar haciendo lo que sí te importa y después buscar un sentido más amplio y poder así, contribuir con el mundo.

Leider dice que la gente que vive sin ese sentido, tiene efectos secundarios como el letargo, la desconexión, el cansancio, la apatía...

Bloqueos que impiden tener un sentido de propósito, son dos, el tiempo y la ocupación. También afirma que la tecnología, sustituye el contacto humano y valiosos momentos de propósito.

Si no has encontrado lo que te mueve profundamente y en dónde puedes contribuir de manera significativa, es momento de tomar acción.

Cómo?

Ahí hay un lugar por donde empezar. Estás invitado a construir un futuro significativo HOY!

Pareciera que tener un juicio acerca de alguien o de algo, está mal visto, especialmente cuando es negativo para quien lo escucha.

Sin embargo, los juicios, son opiniones, son la expresión acerca de algo y para que sea relevante para el otro, tiene que tener un propósito válido.

Los juicios te permiten contar con opciones y crear compromisos, los cuales producen resultados, por los que estaremos o no, satisfechos según el valor que hayan generado.

Es importante que sepas, que los juicios tienen emociones asociadas. En ocasiones, no escucharás el juicio, pero podrás reconocer el estado de ánimo con relación a ese juicio.

Piensa en las veces que has notado que alguien está resignado al respecto de algo y no expresó su opinión, sin embargo, reconoces el estado en el que se encuentra.

Lo que es muy claro, es que pueden ser más o menos efectivos en abrir o cerrar tus posibilidades y por ello te interesará seguramente lo que puedes hacer al respecto.

Si obtienes opiniones diferentes y una es diametralmente opuesta de la otra, no la descartes; eso te ofrece puntos de vista diferentes y podrás contar con una mayor perspectiva para decidir.

Supongamos que en una reunión, están hablando de un proyecto; uno dice que es malo y otro lo califica de bueno…ambos juicios pueden ser efectivos para valorar las diversas preocupaciones o estándares en torno a dicho proyecto, así que te recomendamos no descartar las opiniones y verlas desde ángulos diferentes. Eso sí, cuida que la gente no las tome como evidencias o verdades, si es que no lo son; su manejo productivo incrementará las opciones

En el ámbito de los negocio, los juicios tienen relación con la capacidad de la persona, el manejo de sus compromisos, su confiabilidad, el riesgo, la evaluación de su desempeño, la satisfacción, el valor que agrega, su poder, liderazgo, etc.

Te propongo una forma de cuestionarte y rediseñar los juicios:

Podrás preguntarte:

Te invito a que te hagas las siguientes preguntas:

Tu mirada y tu escucha podrán cambiar identificando juicios y trabajando para modificarlos y ganar en oportunidades y beneficios.

Hasta la próxima!

Crecí pensando que querer es poder y que si lo quería lo suficiente, lo podría lograr, hasta que me encontré con mis propias limitantes.

Gracias a los procesos de crecimiento, al trabajo interno que he hecho y al trabajo con otros, descubrí que a veces quieres, pero no puedes... que en ese momento, no tienes tus recursos disponibles.

Te invito a reflexionar en lo que sucede cuando uno se encuentra estancado y la forma en que puedes salir adelante.

Ponte a prueba:

1. Piensa en algo que quieres, pero no has podido lograr.

2. Haz una lista de las 10 cosas con que lo asocias.

Por ejemplo, pensando en el ejercicio, mi lista tenía conceptos como: sacrificio, levantarse antes, cansancio, sudor, pesadez…

No te detengas mucho, anota lo que venga a tu mente. ¿Listo?

3. Analiza tu lista y reflexiona que significados tiene: ¿son positivos? ¿tóxicos?, ¿ayudan o te alejan?, ¿te comprometen o hacen que descartes las posibilidades de lograrlo?

Los significados, facilitan y gobiernan tu vida; determina la importancia y el valor que le das a cada cosa, te muestran lo que valen, por la prioridad que les das; cuando te significa, respondes en tus mejores condiciones, a tu trabajo, tus relaciones, tu familia, tus amigos, tu trayectoria profesional, a ti!

Cada persona crea en su mente el significado, lo representa, lo entiende, lo evalúa, o elimina significados que ya no le sirven, para vivir plenamente.

¿Qué quiere decir esto y qué tiene que ver con que quieras algo pero no lo logras?

Quiere decir que cotidianamente haces lo que consideras valioso y dejas a un lado lo que no tiene un significado positivo para ti.

¿Dónde te encuentras en cuanto a la creación de significados, su control de calidad, la suspensión de significados antiguos o tóxicos?

Analiza:

Tus significados son: ¿inspiradores, excitantes?, ¿Te hacen levantarte en las mañanas y ponerte en marcha? o ¿son promedio, están bien, pero no son nada especial?

¿En qué medida tu perspectiva de vida, gente, trabajo, relaciones, ejercicio, descalifica, menosprecia?, ¿qué tan efectiva es esa perspectiva para mejorar y lograr lo que no estás alcanzando?

Algunas preguntas para tu reflexión:

Somos personas con infinito potencial, pero parece que cuando estamos atrapados, buscando a quien culpar o lidiando con nuestra frustración o ansiedad por la falta de logros, se nos olvida las extraordinarias posibilidades que tenemos de salir adelante de los problemas que se nos presentan

Te invito: